El descubrimiento en 1998 de un enterramiento humano gravetiense en el abrigo rocoso de Lagar Velho, en el valle de Lapedo (Leiria, Portuga), impulsó el análisis cronológico de los restos hallados. Sin embargo, las primeras tentativas de datación por radiocarbono de los huesos del niño de Lapedo fracasaron debido a la mala conservación del colágeno.
Inicialmente, se recurrió a la técnica de radiocarbono en colágeno a granel, con tres intentos en el Centro de Investigación de Isótopos de Groningen y uno en la Unidad de Acelerador de Radiocarbono de Oxford (ORAU). En el ORAU, se aplicó el protocolo ABA (Ácido-Base-Ácido), fundamentado en la desmineralización con HCl, eliminación de componentes húmicos con NaOH y un enjuague final con HCl antes de la gelatinización. No obstante, la baja cantidad de colágeno extraído y una relación atómica C/N fuera del intervalo esperado indicaron la contaminación del material, invalidando la fecha obtenida de 21 420 ± 220 a. p. (a. p. = antes del presente)
Se intentó también la datación de fragmentos de costillas en Groningen, pero los resultados arrojaron edades inconsistentes con la estratigrafía del yacimiento: 17 520 ± 113 a. p. y 21 980 ± 100 a. p. Se atribuyó esta discrepancia a la contaminación por adhesivos modernos utilizados en la conservación de los restos.
Dado que la datación directa de los huesos no era fiable, se recurrió a la datación de elementos del contexto funerario. Se analizaron cinco muestras de huesos de animales y carbón, obteniendo edades entre 28 080 y 29 210 cal. a. p. (cal. = calibrada) para los sedimentos donde se excavó la tumba y 27,730 a 28,630 cal. a. p. para una vértebra de conejo en contacto con la tibia del niño, lo que proporcionó un límite temporal mínimo para el entierro.
Radiocarbono de hidroxiprolina
Para superar las limitaciones de las técnicas previas, se optó por la datación por radiocarbono de hidroxiprolina (RCH), un método de análisis de radiocarbono específico por compuesto. La hidroxiprolina, un aminoácido exclusivo del colágeno, permite obtener una fuente altamente pura de carbono autóctono, eliminando contaminantes que persisten en el colágeno a granel. Esta técnica ha demostrado ser eficaz en casos de mala conservación y contaminación por carbono moderno, ofreciendo fechas más precisas para restos paleolíticos.
La combinación de dataciones del contexto funerario y el uso de hidroxiprolina han permitido establecer una cronología más fiable del enterramiento, situándolo en torno a 27 780 a 28 550 cal. a. p.

