El Instituto Smithsoniano es un conglomerado de centros de educación e investigación y museos del gobierno de los Estados Unidos.
Durante el siglo XIX y principios del XX, antropólogos de esta institución se dedicaron a apropiarse, la mayor parte de las veces sin consentimiento, de 30 000 restos humanos de pueblos indígenas y personas de razas distintas de la blanca en más de 80 países. Su intención era probar las teorías ahora desacreditadas sobre la superioridad blanca.
Ha habido que llegar al siglo XXI para que esta institución tan representativa de Estados Unidos haya decidido desmantelar su «colección» y tratar de devolver la mayoría de los restos a descendientes directos o comunidades de descendientes.
El Smithsoniano ya ha empezado a devolver restos de nativos americanos, hawaianos y de Alaska, como lo exige una ley nacional de 1989; ha devuelto más de 5000 de ellos. Ahora intentarán devolver otros 15 000 restos de nativos americanos y de 2100 personas de origen africano, así como los de 6000 personas cuyos nombres se conocen al menos parcialmente.
Se permitiría la investigación sobre restos antiguos que no pueden vincularse a ninguna de las comunidades actuales; es un pequeño porcentaje del total.
Declaración de la institución
En su sitio de Internet el Instituto Smithsoniano ha hecho esta declaración:
Desde su fundación en 1846, el Smithsonian ha adquirido colecciones de restos humanos para la investigación científica, la mayoría durante el siglo XIX y principios del XX. Los restos han facilitado la investigación científica, aumentando el conocimiento sobre la variación humana y ayudando a avanzar en la ciencia forense y las prácticas médicas modernas. Los restos humanos que conserva el Smithsonian provienen de muchas fuentes, incluidas excavaciones arqueológicas, transferencias de agencias gubernamentales y donaciones de museos, universidades, hospitales e individuos.
Muchos de los restos de las colecciones del Smithsonian fueron adquiridos sin consentimiento informado y de maneras incompatibles con los estándares modernos. Reconocemos que algunas de las prácticas de nuestro pasado ya no son aceptables hoy en día. Tenemos el deber con las personas cuyos restos cuidamos y sus descendientes de honrarlos y respetarlos de acuerdo con nuestros valores y prioridades actuales.
Creemos que todos los restos humanos deben ser tratados con dignidad y respeto. Estamos comprometidos con el cuidado adecuado, la administración compartida, la investigación respetuosa y la devolución ética de los restos humanos.

