El nombre de la taurina procede del toro, como es de suponer. Aunque habría que pensar más bien en aquellos míticos toros alados de la antigüedad, ya que la taurina “da alas”, según dice la publicidad de una bebida energética que la contiene.
Pero ¿es cierto? La mayoría de los investigadores creen que no, que más bien lo que produce ese efecto revitalizador es la cafeína, otro ingrediente de este tipo de refrescos. Y niegan que la taurina dé más fuerza muscular, como pregonan los fabricantes (al menos en las dosis contenidas en cada unidad del producto).
En un estudio de doble ciego controlado con placebo que se hizo a un grupo de estudiantes universitarios se demostró “un aumento de la respuesta motora y el estado de alerta en comparación con los que recibieron el placebo” al tomar una bebida con taurina, pero no se determinó qué ingredientes fueron los responsables de esos efectos. .
La taurina (ácido 2-amino-etano-sulfónico) fue aislada por primera vez de la bilis del buey en el año 1827, y de ahí su nombre. Esta es su fórmula:

Nótese que contiene un grupo amino y un grupo ácido, pero este no es COOH, por lo que no puede considerase un aminoácido. Normalmente se presenta como zwitterion, con el grupo amino en forma de NH 3+ y el grupo sulfónico como SO 3– . Esto confiere a la molécula dos extremos polares y un centro de la cadena no polar, lo que le permite un gran número de interacciones posibles con otras sustancias.
El cuerpo humano sintetiza principalmente la taurina en el hígado a partir del aminoácido cisteína. Parece que su papel es desintoxicar este órgano, o al menos eso se ha observado en ratas. También es necesario para el funcionamiento normal de los músculos esqueléticos en seres humanos y ratones. Por otra parte, hay quien postula una relación entre la deficiencia de taurina y la obesidad en los seres humanos.
Actualmente, la industria farmacológica está estudiando las posibilidades terapéuticas del compuesto frente al trastorno bipolar.
Finalmente, a la pregunta de si la taurina da alas, debemos contestar que al menos en algunos casos sí, ya que este compuesto es esencial en el desarrollo temprano de ciertos tipos de pájaros, hasta el punto de que sus padres les buscan arañas (ricas en taurinas). Así que se puede decir que gracias a la taurina (y evidentemente a muchos otros compuestos químicos de su alimentación) a las crías de estas aves les crecen las alas.