El concepto de «la nube» a menudo se asocia con la idea de datos flotando en un espacio intangible, pero en realidad, la nube se encuentra en centros de datos enormes, llenos de chips de computadora poderosos y consumidores de energía. Estos chips, especialmente las unidades de procesamiento gráfico (UPG), son esenciales para la inteligencia artificial (IA), ya que son necesarios para construir y ejecutar chatbots avanzados como ChatGPT. A medida que crecen las aplicaciones de la IA, también lo hace la importancia geopolítica de estos chips de alta gama y su ubicación en el mundo.
Estados Unidos y China dominan
Según la revista Time, Estados Unidos y China están en una competencia feroz por acumular reservas de estos chips, con Washington imponiendo sanciones para evitar que Pekín adquiera las variedades más avanzadas. Sin embargo, a pesar de la importancia de este tema, sorprendentemente, hay poca información pública sobre la ubicación exacta de los chips de IA en el mundo.
Un trabajo de investigación ha buscado llenar este vacío de información. El estudio revela que las UPG están altamente concentradas en solo 30 países, con Estados Unidos y China a la cabeza. Gran parte del mundo se encuentra en lo que los autores denominan «desiertos de computación«, áreas donde no hay UPG disponibles para alquilar.
Gobernanza de la IA
Este hallazgo tiene importantes implicaciones no solo para la próxima generación de competencia geopolítica, sino también para la gobernanza de la IA, es decir, qué gobiernos tienen el poder de regular cómo se construye y despliega la IA. Según los autores de la investigación, si la infraestructura que ejecuta la IA está en un territorio específico, ese país puede exigir el cumplimiento normativo. Los países que no tienen jurisdicción sobre la infraestructura de IA tienen menos opciones legislativas, lo que los deja sujetos a un mundo moldeado por otros.
El estudio mapea las ubicaciones físicas de la «computación pública en la nube con UPG», es decir, los clústeres de UPG accesibles para alquiler a través de las empresas tecnológicas más importantes. Sin embargo, la investigación tiene algunas limitaciones: no cuenta las UPG que están en manos de gobiernos o en posesión privada de empresas tecnológicas para su uso exclusivo. Tampoco considera otras variedades de chips que están siendo cada vez más utilizados para entrenar y ejecutar IA avanzada. Además, no cuenta chips individuales, sino el número de «regiones» de cómputación (o grupos de centros de datos que contienen esos chips) que las empresas de nube ponen a disposición en cada país.
El estudio concluye que Estados Unidos y China tienen, con mucho, la mayor cantidad de clústeres públicos de UPG en el mundo. Aunque China supera a Estados Unidos en el número de regiones habilitadas con UPG, los chips más avanzados están altamente concentrados en Estados Unidos. Estados Unidos tiene ocho regiones donde están disponibles los UPG H100, que son objeto de sanciones del gobierno estadounidense contra China. China no tiene ninguna región con estos chips disponibles para alquiler, aunque esto no significa que China no posea H100, sino que las empresas de nube no los tienen ubicados allí. De hecho, existe un creciente mercado negro en China para estos chips restringidos.

Tres categorías
Los autores del estudio dividen el mundo en tres categorías: «Norte computacional», donde se encuentran los chips más avanzados; «Sur computacional», que tiene algunos chips más antiguos adecuados para ejecutar, pero no para entrenar sistemas de IA; y «Desiertos computacionales», donde no hay chips disponibles para alquilar.
El término «desierto computacional» se refiere a áreas donde no hay chips de GPU disponibles para alquiler a través de servicios de computación en la nube ofrecidos por grandes empresas tecnológicas. Esto significa que, en esos países, no hay infraestructura accesible públicamente para que terceros (como investigadores, empresas, o gobiernos) alquilen y utilicen estas UPG para entrenar o ejecutar sistemas de IA. Sin embargo, esto no implica que estos países carezcan completamente de chips para uso propio. Es posible que algunos países en estos «desiertos de cómputo» tengan UPG que son utilizadas internamente, ya sea por el gobierno, grandes empresas tecnológicas locales, o instituciones privadas. Estos chips podrían no estar disponibles para alquiler porque se utilizan exclusivamente para sus propios proyectos o necesidades internas. Dicho de otro modo, «desierto computacional» indica la falta de acceso público a UPG a través de la nube, pero no excluye la posibilidad de que existan UPG en uso privado o gubernamental en esos países.
Estas categorías reflejan, hasta cierto punto, las divisiones globales entre el «Norte Global» y el «Sur Global» utilizadas por algunos economistas del desarrollo. El riesgo de que los chips estén tan concentrados en las economías ricas es que los países del sur global puedan depender de IA desarrolladas en el norte global sin tener voz en su funcionamiento, lo que podría perpetuar las desigualdades globales existentes y consolidar el poder económico, político y tecnológico de los países del Norte computacional.
Fuente: Time.



