viernes, 19 diciembre 2025

Pequeñas migraciones al desierto de Sonora en el Periodo Agrícola Temprano

Se han podido establecer hipótesis analizando puntas de flecha, prácticas mortuorias y datos bioarqueológicos

Un estudio reciente publicado en American Antiquity, ha arrojado nueva luz sobre la llegada del maíz al desierto de Sonora durante el llamado Período Agrícola Temprano (PAT). A través del análisis de puntas de flecha, prácticas mortuorias y datos bioarqueológicos, los investigadores han logrado rastrear posibles rutas de migración y cambios culturales asociados a la adopción de la agricultura.

Tradicionalmente, se manejaban dos hipótesis sobre la introducción del maíz en esta región árida. La primera sugiere que el maíz —junto con frijoles y calabazas— fue traído por pequeños grupos de migrantes agricultores desde Mesoamérica, hace unos 4500 años. La segunda propone una difusión gradual a través de intercambios comerciales y contactos culturales, integrándose poco a poco en las prácticas de cazadores-recolectores locales.

El nuevo estudio aporta datos que favorecen la hipótesis migratoria. Durante el PAT, el maíz llegó en una época de relativa abundancia hídrica, lo que habría facilitado su cultivo. En este contexto, se registran cuatro tipos distintos de puntas de flecha, siendo las más destacadas las puntas San Pedro (de hoja ancha y tallos extendidos) y las puntas Empire (más largas, gruesas y finamente aserradas).

En el sitio arqueológico Las Capas predomina el uso de puntas Empire, lo cual contrasta con sitios cercanos que solo presentan puntas San Pedro. Curiosamente, tras una interrupción ocupacional, los habitantes de Las Capas comienzan a producir también puntas San Pedro. Esto sugiere que las puntas Empire podrían haber sido introducidas por migrantes, quienes luego adoptaron las tradiciones locales o fueron reemplazados por poblaciones autóctonas.

Las prácticas funerarias también revelan diferencias significativas. En la Cuenca de Tucson, las sepulturas locales eran más uniformes: cuerpos en posición flexionada, con poca o ninguna pigmentación. En contraste, en sitios como La Playa, asociados a poblaciones no locales, había mayor diversidad de posiciones funerarias (incluyendo extendidas y boca abajo) y un uso más frecuente de pigmentos como hematita y ocre. Aunque los ajuares funerarios eran escasos, cuando estaban presentes solían incluir joyería de concha, herramientas para procesar alimentos y puntas de flecha, estas últimas exclusivamente con entierros masculinos.

La bioarqueología también refuerza la hipótesis migratoria. Los análisis muestran que los varones presentaban una mayor diversidad genética, lo que sugiere patrones de matrimonio exogámico: los hombres migraban para casarse, lo que aumentaba la variabilidad genética y favorecía la transmisión de prácticas agrícolas.

En conjunto, estos datos apuntan a migraciones masculinas de pequeña escala que expandieron el conocimiento del cultivo de maíz, introduciendo también nuevas tradiciones tecnológicas y funerarias. Aunque no se puede afirmar con certeza, este patrón parece único del desierto de Sonora. De hecho, no hay evidencias de movimientos similares vinculados al maíz en otras regiones del norte de América en esa época.

Finalmente, se plantea que algunos de estos primeros agricultores de la fase San Pedro migraron posteriormente hacia la Meseta de Colorado, dando origen a lo que se conocería como el período Cesteros II occidental.


El estudio está publicado en James T. Watson et al, Small-Scale Migrations among Early Farmers in the Sonoran Desert, American Antiquity (2025). DOI: 10.1017/aaq.2024.78.

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