viernes, 19 diciembre 2025

¿Eliminar células viejas retrasaría el envejecimiento? La ciencia lo estudia

El proceso de senescencia (envejecimiento) celular no es siempre negativo: también cumple funciones en el desarrollo embrionario y en la cicatrización. El problema parece surgir cuando estas células no son eliminadas por un sistema inmunológico debilitado, como ocurre en la vejez.

Existen proyectos que buscan frenar enfermedades crónicas abordando directamente los procesos biológicos del envejecimiento. El objetivo es alargar la vida saludable, más que simplemente prolongar la longevidad. Uno de sus principales blancos son las células senescentes: células que ya no se dividen pero tampoco mueren y que, aunque representan una pequeña fracción del total, pueden generar un ambiente tóxico e inflamatorio que contribuye a enfermedades como diabetes, osteoporosis o Alzheimer.

Estas células son el foco de SenNet, un proyecto de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos dotado con 125 millones de dólares con el fin de mapearlas. También hay ensayos clínicos en marcha.

Los tratamientos experimentales con senolíticos —fármacos que eliminan células senescentes— incluyen combinaciones como D+Q (dasatinib y quercetina), probadas en ratones con mejoras en movilidad, fuerza y esperanza de vida. Aunque los primeros ensayos clínicos en humanos son pequeños y con resultados preliminares, hay indicios de beneficio. Uno de ellos mostró mejoras en pacientes con fibrosis pulmonar idiopática, aunque sin revertir el daño pulmonar.

Los estudios en ratones han sido prometedores. Eliminar células senescentes mejoró su salud general y retrasó el cáncer. Incluso en ratones con características de Alzheimer, la eliminación de estas células protegió el cerebro. Estos avances llevaron a la búsqueda de senolíticos como alternativa a la ingeniería genética.

La quercetina y el dasatinib se destacaron como candidatos. Juntas, mostraron efectos sinérgicos y mejoras significativas en ratones viejos. Hay esperanzas de aplicar estas terapias incluso en órganos para trasplante, como demuestran experimentos exitosos con corazones de ratones.

Sin embargo, algunos expertos advierten sobre el entusiasmo excesivo. Los efectos secundarios de los senolíticos, especialmente dasatinib, son un riesgo. Además, los resultados en humanos aún son preliminares y los biomarcadores fiables para localizar células senescentes siguen siendo un desafío.

Aun así, los investigadores imaginan un futuro con medicina personalizada contra el envejecimiento: terapias específicas, administradas en el momento adecuado, para mantener a las personas saludables por más tiempo.


Fuente: Amber Dance . Knowable Magazine.

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