viernes, 19 diciembre 2025

Científicos recrearon la travesía Taiwán-Ryukyu de hace 30000 años

Las embarcaciones fueron construidas usando solo herramientas de la época

Mucho antes de que existieran brújulas, mapas o motores, los seres humanos ya se aventuraban por mar abierto. Un nuevo estudio ha demostrado que, hace más de 30 000 años, grupos humanos pudieron haber cruzado el traicionero mar que separa Taiwán de las islas Ryukyu, en el suroeste de Japón, utilizando una canoa rudimentaria fabricada únicamente con herramientas del Paleolítico Superior.

El experimento, liderado por el antropólogo Yousuke Kaifu y publicado en Science Advances (donde se aporta el diario de a bordo, hora por hora) buscó responder dos preguntas fundamentales: ¿podían los humanos prehistóricos construir una embarcación funcional con herramientas de su época? ¿Y era posible navegarla a través del estrecho occidental de las Ryukyu, una franja de mar de 110 kilómetros de ancho atravesada por una de las corrientes oceánicas más fuertes del mundo?

Para encontrar respuestas, el equipo construyó una piragua de 7,5 metros de largo, tallada a mano en un tronco de cedro japonés con hachas de piedra pulida, similares a las utilizadas hace decenas de miles de años. La canoa, bautizada como «Sugime«, fue probada por un grupo de remeros experimentados, que debían cruzar el estrecho sin la ayuda de velas ni instrumentos modernos de navegación.

El resultado fue revelador. A pesar de las dificultades, la canoa demostró ser rápida y resistente, capaz de soportar tanto la distancia como la fuerza de las corrientes. Esta exitosa travesía aporta una fuerte evidencia de que los humanos de esa época ya dominaban el arte de construir embarcaciones complejas y sabían orientarse en mar abierto usando señales naturales como el sol, las estrellas y las corrientes.

Sin embargo, los investigadores subrayan que este tipo de travesía no estaba al alcance de cualquier grupo. Para lograrlo, se requería no solo de una embarcación bien construida, sino también de habilidades de navegación avanzadas y una coordinación grupal extraordinaria. No era una migración casual: era una hazaña cuidadosamente planificada.

Este experimento se suma a una tendencia creciente en la arqueología experimental, donde los científicos reproducen herramientas y tecnologías antiguas para comprender mejor las capacidades de nuestros antepasados. Este tipo de estudios permite recuperar aspectos de la historia humana que no se conservan en el registro arqueológico tradicional, como la destreza, la toma de decisiones y el conocimiento colectivo necesario para navegar mares peligrosos.

Además, iniciativas como esta conectan con una resurgencia del conocimiento marítimo indígena, en la que diversas comunidades en el Pacífico están redescubriendo y reviviendo sus antiguas tradiciones de navegación ancestral.

En definitiva, esta travesía moderna con raíces en el pasado muestra que la historia de la humanidad está profundamente ligada al mar, y que nuestros ancestros eran más hábiles, valientes y visionarios de lo que muchas veces imaginamos.

Relacionados

Dejar un comentario

Descubre más desde TRIPLENLACE

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo