Mikkael A. Sekeres, jefe de la división de hematología y profesor de medicina en el Centro Oncológico Integral Sylvester de la Universidad de Miami (Estados Unidos) escribe un artículo en The Washington Post en el que da consejos saludables basados en la ciencia para prevenir el cáncer, una de las enfermedades más temidas en todo el mundo, y con razón: aproximadamente 1 de cada 5 personas será diagnosticada con algún tipo de cáncer a lo largo de su vida. Solo en 2021, se reportaron casi 1,8 millones de nuevos casos en Estados Unidos, y en 2022, unas 600 000 personas murieron por esta enfermedad.
Pero no todo está fuera de nuestro control. Según la American Cancer Society, hasta el 40 % de los casos de cáncer en adultos mayores de 30 años podrían prevenirse. Estas son 11 acciones respaldadas por la ciencia que pueden ayudar a reducir el riesgo, según el médico Sekeres.
1. Comer más frutas, verduras, cereales integrales y legumbres
Una dieta rica en frutas y verduras, especialmente las crucíferas como el brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas, puede reducir el riesgo de varios tipos de cáncer. Además, aumentar la fibra dietética, presente en cereales integrales y legumbres, puede disminuir significativamente el riesgo de cáncer de colon.
2. Cocina con aceites vegetales como el de oliva
Un alto consumo de mantequilla se ha asociado con mayor riesgo de morir por cáncer. En cambio, utilizar aceites vegetales como el de oliva puede reducir ese riesgo.
3. Reducir el consumo de carnes rojas y procesadas
Las carnes rojas y procesadas están relacionadas con el cáncer colorrectal, especialmente cuando se cocinan a altas temperaturas. Limitar su consumo —y evitar la parrilla frecuente— es una buena medida preventiva. Y si no se come carne, mejor tofavía.
4. Evitar bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados
El consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados se ha vinculado a un mayor riesgo de varios tipos de cáncer. Estos productos suelen ser pobres en fibras y ricos en azúcar, sal y grasas poco saludables. Conviene revisar las etiquetas: si contienen ingredientes que no usaríamos en nuestra cocina, mejor evítarlos.
5. Usar protector solar a menudo
La radiación UV, tanto solar como de camas de bronceado, es la principal causa de cáncer de piel. El uso diario de protector solar con FPS 30 o superior, junto con ropa protectora, puede reducir ese riesgo significativamente.
6. Moderar el consumo de alcohol
El alcohol está relacionado con varios tipos de cáncer, especialmente el de mama. Y sí, incluso una sola copa al día puede aumentar el riesgo. Cuanto menos alcohol, mejor.
7. Revisar las vacunas
Ciertos cánceres, como el de cuello uterino y el de hígado, están ligados a infecciones por VPH y hepatitis B, respectivamente. Las vacunas contra el VPH y la hepatitis B son herramientas poderosas de prevención.
8. Hacerse colonoscopías a partir de los 45 años
Una colonoscopía puede detectar y eliminar lesiones precancerosas llamadas adenomas. Es una de las pocas pruebas que no solo detectan, sino que previenen el cáncer. Se recomienda iniciar este control a los 45 años.
9. Hacer ejercicio con regularidad
La actividad física frecuente reduce el riesgo de múltiples tipos de cáncer, incluidos el de mama, colon, pulmón y estómago. Se aconsejan 150 a 300 minutos de ejercicio moderado o 75 a 150 minutos de ejercicio intenso por semana.
10. Mantener un peso saludable
La obesidad se ha relacionado con al menos 13 tipos de cáncer. Pérdidas de peso sostenidas, incluso mediante cirugía o medicamentos, están asociadas con una disminución del riesgo. Combatir la inflamación crónica y los problemas metabólicos relacionados con la obesidad puede ser clave.
11. No fumar
El tabaco es el principal factor de riesgo prevenible. Fumar está detrás del 86 % de los casos de cáncer de pulmón y más de la mitad de los de esófago y vejiga. Dejar de fumar, incluso después de años, reduce significativamente el riesgo.
En la lucha contra el cáncer, la prevención es una de nuestras armas más efectivas. Adoptar hábitos más saludables no garantiza la inmunidad, pero sí mejora notablemente las probabilidades. La ciencia nos proporciona herramientas: depende de nosotros usarlas.
